Rita, una perra de asistencia color chocolate, es desde el pasado 22 de diciembre la nueva integrante de la familia de la pequeña Saoia Garrido, una niña de tres años diagnosticada de autismo a la que tratará de ayudar y mejorar su calidad de vida.
Saioa ha posado hoy ante cámaras de televisión y fotógrafos sujeta por la cintura a su nueva compañera Rita, que sí se ha alterado cuando ha visto el movimiento de los peces en el Aquarium de San Sebastián donde se ha celebrado la comparecencia.
La pequeña, residente en Bilbao, es la primera niña con autismo en el País Vasco en contar con un perro de asistencia para su vida diaria, para lo cual ha contado con el patrocinio de Rotary Club San Sebastián que facilitado que el animal, adiestrado en la Fundación Bocalán, llegara a esta familia.
La madre de Saioa, Inga Aguirreamailloa, ha reconocido que aunque lleva poco tiempo en casa, Rita es “uno más de la familia”.
Supone “poder tener una mejor calidad e vida” y salir a la calle “más tranquilos” porque “no va a salir a la carretera porque tiene un guardián. Cuando tenga una rabieta le va a ayudar a calmarse”, ha indicado.
La idea surgió de una amiga de su hermana que le dio a conocer la labor de la Fundación Bocalán, que cuenta con 20 años de experiencia en el adiestramiento de perros de asistencia, y a partir de ahí comenzó el periplo de un posible patrocinador que surgió con Rotary Club de San Sebastián.
Saioa “no es muy consciente todavía” de su nueva “compañera” porque hasta que “el acoplamiento sea perfecto puede pasar más de un año, pero lo tolera bien”, aunque de momento la que más disfruta del nuevo miembro de la familia es su hermana Iraia, ha señalado Inga.
En el día a día la familia ha notado que en la calle la niña “lleva mucho mejor los cambios de sentido y de rumbo” algo que normalmente “le altera mucho” y que a veces conlleva que no quiera seguir caminando.
Antes de que llegara a Bilbao, todos pasaron una semana en la Fundación Bocalán para aprender a manejar a Rita, que además de su trabajo de asistencia debe contar también con un tiempo libre en el que debe ser tratada como otra mascota cualquiera.
Desde el primer momento, hubo “mucha química” entre Rita y Saioa, hasta el punto que la niña se tumbó sobre ella cuando la conoció, algo que no se esperaban, ha indicado la responsable de la Fundación Bocalán, Pilar Bustos.
En el caso del autismo, los perros puede ayudar a mejorar el diagnóstico de la patología sobre todo en lo referente al lenguaje, ha señalado Bustos.
Junto con Rita, el mes de diciembre fueron entregados otros cuatro perros, uno en la Comunidad Valenciana y tres en Castilla León, todos ellos destinados a niños autistas, ha concluido Bustos.
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